Apasionada por las personas, hablamos con Rosa Rodríguez del Tronco sobre el bienestar en las empresas y la felicidad en el trabajo.
Foto: Rosa Rodríguez del Tronco
Psicóloga, Coach Ejecutivo, Conferenciante, CHO Co-autora "Smart Feedback" LID, Editorial Directora de DICTEA, desarrollo del talento.
V.- Estudiaste psicología clínica, psicología positiva, Recursos Humanos, Coaching Ejecutivo, PNL, Chief Happiness Officer... ¿Por qué?
RR.- Sencillo, porque me apasionan las personas. Estudié Psicología, porque me inquietaba el comportamiento humano. ¿Cómo podemos ser tan distintos y cómo en nuestro pequeño cerebro se esconden tantos mecanismos que nos hacen sentir, emocionarnos, reflexionar y actuar de múltiples maneras? El estudio de las personas da mucho de sí. De hecho, este no tiene fin si realmente es lo que te hace vibrar: lecturas, conferencias, congresos, más cursos, más libros…
V.- ¿Y cómo están las personas hoy?
RR.- Tenemos que desarrollar empresas saludables.
V.- ¿Y es posible?
RR.- Es posible y debe ser posible. No hay excusa para no apostar por desarrollar empresas saludables. El concepto surge como contrapartida a culturas organizacionales con prácticas insalubres, tóxicas y dañinas, resultado de no cuidar el entorno laboral. Los datos hablan y ponen de manifiesto que, según la OIT, 7.600 personas mueren por día en el mundo como consecuencia de accidentes de trabajo o enfermedades profesionales.
El informe Cigna de 2019 dice que en España, el 71% de la población reconoce sufrir estrés y el 72% de los españoles afirmaba que su compañía no les proporcionaba programas de salud y bienestar. Y las cifran no engañan.
"Una organización saludable no es una cuestión de prácticas asiladas, sino de propósito y de valores".
V.- Es una realidad, entonces.
RR.- Lamentablemente, yo misma lo veo día a día en muchas empresas. Quizás, por ello seamos cada vez más, los que tenemos claro que el foco debe estar en la salud de las personas, entendida como “el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente de ausencia de afecciones o enfermedades”, como dice la OMS. Y como bien dice Marina Salanova: “es indispensable evolucionar: dejar de pensar que la salud de las personas empleadas es un medio que permite alcanzar una finalidad, y considerarla como un fin en sí misma”.
V.- Pero muchas empresas tienen o han empezado a tener prácticas saludables.
RR.- El camino se hace andado, ¿cierto? Y todo comienza por un primer paso. Muchas empresas han comenzado este camino, este viaje sin retorno para ir creando cultura de bienestar. No obstante, se vuelve esencial que este viaje no sea de maquillaje, máscaras, disfraces e imagen al exterior, sino que desde la organización se crea firmemente en ello y se sitúe la salud como uno de los ejes principales a trabajar y desarrollar desde la empresa. De esta manera, es necesario estar sensibilizado y concienciado, tener claro cuál es el objetivo e invertir en un proceso de mejora continua coordinado y coherente. Desde esta perspectiva, podemos decir que no es una cuestión de prácticas asiladas, sino de propósito y de valores, lo que implica incorporarlo en la cultura de la organización, desde la Dirección y apoyándose en un modelo de liderazgo consciente como medio de transmisión.
V.- ¿Qué papel juegan los/as líderes de la empresa?
RR.- Los líderes como decía Tal Ben-Shahar son “héroes potenciales", porque pueden fomentar prácticas saludables en sus organizaciones y expectativas saludables. Más que nada, pueden generar cambios liderando con el ejemplo. Esta transformación cultural del ADN de la empresa hacia la búsqueda del bienestar en las organizaciones requiere de líderes humanistas que pongan a las personas en el centro, considerando su dignidad humana, sus necesidades y su potencial de autorrealización. Por tanto, y para llevar a cabo estos proyectos de manera consciente y efectiva, es necesario trabajar para desarrollar esa capacidad de liderazgo que permita y facilite el florecimiento del CORe: Confianza, Orgullo y Reconocimiento; en las personas y en los equipos, así como para fortalecer la conexión con el propósito organizacional.
"Los líderes pueden generar cambios liderando con el ejemplo."
V.- Y el área de Personas, ¿qué papel tiene en el desarrollo de organizaciones saludables?
RR.- Para incorporar este nuevo paradigma, para generar esta cultura de bienestar, el departamento de Personas tiene que elevarse y ser modelo para el resto de la organización. Son, sin duda, los máximos responsables de proponer, diseñar, coordinar e implementar todo lo referente al bienestar en la organización, partiendo naturalmente de la declaración de estos valores por parte de la Dirección. Se hace imprescindible que en esta área existan profesionales centrados y orientados a que el bienestar se tome en serio y que defiendan la prioridad que tiene para la organización y la sociedad.
"La implantación de un programa de bienestar en las empresas debería garantizar la seguridad física y psicoemocional de su “recurso” más preciado, ¡las personas!"
V.- Y además de una visión humanista, ¿cómo podemos justificar, a nivel negocio, apostar por empresas saludables?
RR.- Aunque, a mi modo, la implantación de un programa de bienestar debería ser parte de un propósito más esencial y profundo para garantizar la seguridad física y psicoemocional de su “recurso” más preciado, ¡las personas! Tenemos datos que justifican que un entorno de bienestar adecuado garantiza la continuidad del negocio. Obviamente, a nivel empresarial adoptar medidas en la línea de garantizar estos entornos saludables puede considerarse una “inversión” o un “gasto sin retorno”. En relación a esto, tenemos ya numerosos estudios que demuestran el ROI de un programa de bienestar, obteniendo resultados tan extraordinarios como, según Ignacio Fernández en “Felicidad organizacional", que aumenta la productividad entre 31%-40%, incrementa la excelencia operacional entre 30%-45%, mejora la calidad de servicio entre 15%-25%, mejora el valor accionario y la rentabilidad entre 15%-28%, reduce el absentismo entre 43%-51%, disminuye la accidentabilidad ente 48%-50%, disminuye la rotación entre 33%-58%, incrementa el compromiso de los colaboradores entre el 30%-55%, mejora el clima laboral entre 55%-65% y aumenta la confianza entre 40%-55%.
"La felicidad depende de cada uno de nosotros".
V.- ¿Está el bienestar relacionado con la felicidad en el trabajo?
RR.- La felicidad en el trabajo es la percepción personal y subjetiva de los profesionales acerca de su bienestar, florecimiento y salud en el trabajo. Es decir, la felicidad depende de cada uno de nosotros.
V.- ¿No depende de la empresa?
RR.- Las empresas son responsables de proporcionar y velar por el bienestar organizacional, pero no son responsables de la felicidad de las personas. Son responsables de ofrecer y facilitar a sus trabajadores las condiciones y procesos de trabajo que permitan el desarrollo de sus fortalezas individuales y grupales, para llevar el desempeño hacia metas organizacionales sustentables y sostenibles.
V.- ¿Y la figura del CHO. Chief Happiness Officer?
RR.- Es una figura esencial en las organizaciones para garantizar un estilo de liderazgo alineado con la cultura de bienestar enunciada por la Dirección. Las premisas que guían a un CHO son, entre otras, promover un nuevo paradigma organizacional, ubicar la gestión de la felicidad como uno de los impulsores claves, y facilitar e incrementar el bienestar orientando sus acciones hacia la construcción de organizaciones más felices, productivas y sustentables. Y yo me pregunto, ¿es responsabilidad exclusiva del CHO? Obviamente no, porque la cultura no la cambia una sola persona. Es necesario sacar el CHO que todos llevamos dentro y ponerlo en acción sea cual sea nuestro ámbito en la organización.
V.- ¿Qué es lo que hace feliz, Rosa?
RR.- Mi pareja, familia, amistades y las personas que trabajan conmigo lo saben. Lo que más feliz me hace es saber que nos aceptamos como somos, que nos escuchamos, nos apoyamos y nos alegramos de los éxitos de todos. Me hace feliz saber que nos sostenemos unos a otros emocionalmente, siendo esencial la empatía y la comunicación. Me hace muy feliz observar cómo todos crecemos, nos empoderamos y mejoramos nuestro desempeño profesional. Me hace especialmente feliz sentir la confianza, el orgullo y el compromiso de todos los que formamos DICTEA.
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